SANTO TOMÁS DE VILLA NUEVA

Tomás García Martínez, más conocido como Santo Tomás de Villanueva, nació en Fuenllana, Ciudad Real (España) en 1488 se educó y creció en Villanueva de los Infantes, provincia de Ciudad Real, donde sus padres poseían una rica hacienda, pese a lo cual muchas veces él andaba desnudo porque había dado sus vestidos a los pobres. Estudió Artes y Teología en la Universidad de Alcalá de Henares. 

En 1518 ingresó en la Orden de los Agustinos de Salamanca y en 1518 fue ordenado sacerdote; en la orden ocupó los cargos de prior conventual, visitador general y prior provincial de Andalucía y Castilla. También fue profesor de la universidad, consejero y confesor de Carlos I de España. 


Gozó de fama por su gran austeridad personal (llegó a vender el jergón donde dormía para dar el dinero a los pobres) y por su ejercicio continuo e infatigable de la caridad, especialmente con los huérfanos, con las doncellas pobres y sin dote y con los enfermos. 

Poseía, sin embargo, una concepción inteligente de la piedad, de forma que aunque era muy limosnero procuraba solucionar definitiva y estructuralmente la pobreza dando trabajo a los pobres, y así hacía fructificar sus limosnas.

Compuso bellos sermones, entre los que destaca Sermón del amor de Dios, una de las grandes manifestaciones de la oratoria sagrada del siglo XVI.
Falleció por una angina de pecho el 08 de septiembre de 1555 en Valencia España a los sesenta y seis años. 
Fue canonizado por el papa Alejandro VII el 1 de noviembre de 1658.

DE SUS SERMONES:
«La limosna no sólo es dar, sino sacar de la necesidad al que lo padece y librarla de ella cuando fuere posible.», escribió.
Tú recibes del pobre más de lo que das. Das una moneda y recibes el cielo.
No penséis, hermanos, que son pobres solo aquellos que carecen de pan o vestido. ¿No es más pobre quien no tiene fe, sabiduría, luz, juicio y razón? La desgracia del cuerpo es menor que la del corazón, porque el alma vale más que el cuerpo.

Claudia Puac
Novicia MAR

Comentarios

Entradas más populares de este blog

LA SENSIBILIDAD ESPIRITUAL

No llores si me amas. Carta de San Agustín a su madre (Santa Mónica).

Lectio del Domingo de Ramos Marcos 11, 1-10